GHOST IN THE SHELL (2006). SAC – Solid State Society

Cuando la sociedad abandona a sus mayores…

Como hombre que entra al siglo XXI estoy consciente de una realidad que ya no me preocupa, trabajaré hasta morir o encontraré algo que me sustente en mi futuro. El sistema de pensiones de mi país se encuentra colapsado y una década antes de que llegue el momento de mi retiro mis conocimientos de computación no serán suficientes para continuar en esta línea de trabajo. Este inquietante panorama es algo que he aceptado, por eso no me han dado ganas de estar bajo el régimen contributivo de un sistema que no me va garantizar un retiro digno tal como a mi madre y mi abuela materna (mi padre todavía trabaja y tanto mi hermano como yo rezamos para saber que hacer cuando llegue el momento que no pueda). Esto es un fenómeno que se repite en países desarrollados donde la tasa de la natalidad ha caído por el suelo, porque en el proceso de volvernos inteligentes los humanos perdimos la urgencia de reproducirnos y nos dedicamos al hedonismo.
Este fenómeno cobra más urgencia en Japón, donde el gran desarrollo de la generación post-guerra se vio colapsado por una crisis económica que nadie previo. De esta forma, los jóvenes se han vuelto más fríos y el país del Sol Naciente ha visto como su índice de natalidad se ha desplomado. Secciones montañosas se están quedando despobladas o sólo viven ancianos, el sistema de seguridad social se encuentra colapsado y los jóvenes se van a las ciudades en busca de mejores oportunidades. Esta realidad se torno mucho más inquietante en la primera década del siglo y muchas obras expusieron como premisa este fenómeno (Kanokon y Los Niños Lobos Ame y Yuki). Pero si se trata de futuro, en la vena que siempre nos tenía acostumbrados, la serie Ghost in the Shell: Stand Alone Complex nos presenta un cuadro mucho más singular de este problema. ¿Qué sucede cuando los ancianos mueren sin descendientes? Pues sus vienes se van al estado. ¿Y si ellos no quieren? Esa es la pregunta correcta.

Ficha Técnica

Ghost in the Shell: Stand Alone Complex – Solid State Society

Concepto Original: Masamune Shirow
Dirección: Kenji Kamiyama
Guión: Masamune Shirow, Kenji Kamiyama, Shotaro Suga y Yoshiki Sakurai
Música: Yoko Kanno
Animación: Production I.G.
Septiembre 2006

Inicio! Spoilers!

Dos años después de los eventos de los 11 Individuales, la Sección 9 de Seguridad Pública ha aumentado sus miembros y los alcances de su misión. Pero su vigilancia se ve colapsada por una serie de suicidios colectivos de refugiados de la República de Siak (aka Corea del Norte o Singapur), entre los que se destaca el dictador Ka Rum quien muere atado a su cama a un aparato que monitoreaba su vida. Debido a estos incidentes, un grupo terrorista que se hace con la responsabilidad de estas muertes planea un ataque con nanomáquinas a lo largo de Japón. La investigación conduce a Batou al laboratorio donde se genera el producto, pero se lleva una sorpresa mayúscula cuando se tropieza con Motoko Kusanagi. Durante su conversación (y enfrentamiento) se da a entender que ella se retiró de la Sección 9 y ahora funciona como analista. También le deja una advertencia críptica a Batou, “aléjate de la Sociedad por un Estado Único (Solid State Society) o serás otro suicidio más”.

Ojo! Spoilers!

Por otro lado, Togusa como nuevo líder de la Sección 9 encuentra durante la investigación un albergue con dos docenas de niños maltratados, separados de sus padres y con su cerebro recientemente mejorado al cibernético. Con los niños como pista, los miembros del equipo descubren que los niños han sido asignados a una organización encargada de atender adultos mayores. Al hacen un control cruzado con la base de datos y se percatan de que existen más de 20 mil niños desaparecidos en Japón en los últimos tiempos. Pero al indagar en el Ministerio de Seguridad Social reciben un impresionante ataque de un hacker como nunca lo han visto, sólo la desconexión física de la red impide que pierdan todas sus computadoras. En la confusión los niños escapan y la Sección 9 comienza a trabajar en la teoría de la existencia de un “Titiritero” (Puppeteer) que está detrás de este ataque, lo más confuso de todo es que ellos sólo conocen una persona con la capacidad para hacer eso, la retirada Motoko Kusanagi.
 

Ojo! Spoilers!

Relaciones Exteriores informa de la entrada al país de un francotirador que tiene como objetivo a un alto funcionario del gobierno. Tras un enorme esfuerzo, Saito y Batou literalmente lo paran en seco, pero al corroborar los datos sobre el objetivo ellos descubren que el blanco y el objetivo son la misma persona. Por su parte Togusa sigue la pista de uno de los niños hasta un edificio de apartamentos donde vive un anciano conectado a una máquina que lo mantiene con vida. En sus últimas palabras este le advierte que no se meta con la Sociedad. Como castigo por su interferencia, el cibercerebro de Togusa es intervenido cuando está en control de su hija y es puesto en camino para entregarla al Sistema de Salud de Japón (e integrar la lista de los desaparecidos). Desesperado y sin alternativas, este decide suicidarse pero es detenido en el último momento por la mayor Kusanagi y Batou.

Ojo! Spoilers!

Cuando los tres agentes compaginan historias, Kusanagi reporta que al seguir la pista del Puppeteer ella ha descubierto que este no es una única entidad sino un consciente colectivo de los ancianos atados a máquinas de mantenimiento de vida. Su objetivo es aprovechar el potencial humano japones (los niños en riesgo de agresión), entregarles sus bienes y propiedades para evitar que el Gobierno Japonés se apropie de ellos. Sin embargo la trama es mucho más profunda y oscura, el gobierno no sólo está al corriente de la maniobra sino que ha aprovechado la coyuntura para crear una generación de activistas de derecha que le permitan endurecer al país su política con respecto a los refugiados.

Ojo! Spoilers!

La Sección 9 ataca la sede del Sistema de Seguridad Social, donde descubren que la trama de formar a los niños proviene del congresista Munei (quien pagó al francotirador para matarse a si mismo). Cuando cruzan referencias este se sorprende de que los niños fuesen producto de secuestro (con lo cual estaría cometiendo un crimen y debería renunciar a su puesto) y se descubre la cede del lavado. Motoko exige al burócrata responsable que se haga cargo, un diseñador llamado Tateaki Kosishi asume la responsabilidad y se suicida con un disparo en la cabeza. Conforme su cibercerebro muere la mayor se adentra en su subconsciente y logra enlazarse con el Puppeteer. Ambos conversan por un largo tiempo, este confiesa que no es una única entidad pero que debes en cuando este crea apéndices de si mismo para interactuar con los humanos y diseminar sus ideas. Lo más perturbador de la revelación es que la misma Motoko es uno de estos apéndices, lo que deja a la cyborg en estado de shock.

Ojo! Spoilers!

Motoko se recupera en su casa (la primera temporada de Ghost in the Shell) bajo la supervisión de Batou. Este confiesa que conoce la verdad sobre el Puppeteer así de que ella es un apéndice de esta entidad; pero no hace nada para denunciarla. Una vez que reporta lo sucedido, el Gobierno Japonés entierra todo el incidente y Motoko se ve tentada a retomar el mando de su unidad una vez más.

Fin! Spoilers!

Con una película más que todo fría y de paso lento, la serie Stand Alone Complex cierra de forma consistente su ciclo en Ghost in the Shell (con la admisión de que el Puppet Master de su relación con Motoko) con una respuesta a una pregunta que la sociedad se hace, ¿qué sucederá conmigo cuando llegue a mi edad adulta? No creo que vaya a tener hijos, tengo problemas en mis relaciones y he optado por estar solo. Entonces, ¿qué me queda? ¿Ser atado a una cama y un aparato de monitoreo mientras cuento las moscas que se posan encima mío antes de morir? ¿Entregarle todo a un estado ingrato que no me premió por perpetuar mi especie? La respuesta de los ancianos en esta serie es temible, llegan a formar un consciente colectivo que ofrece respuestas escalofriantes dignas de la serie. Porque si no tengo descendientes lo mejor es dejarle mis bienes a alguien que los merezca.
De una forma preciosa, Solid State Society nos introduce ante la línea trazada entre “lo justo y lo correcto”. Al año miles de niños mueren por la negligencia de padres irresponsables, mientras ancianos quedan sepultados en asilos y luego de un tiempo ven como las víboras de sus parientes más cercanos se reparten todo, si no son ellos será la Iglesia o el Estado quien se encargue de tus vienes. ¿Por qué no dar una oportunidad a quienes no la tienen? De forma radical, en la violación de la ley se encuentra la respuesta a muchas interrogantes, pero al promover esta línea de acción la serie se desvía completamente del propósito original de Masamune Shirow y descarrila el esfuerzo (junto con uno que otro bostezo). Este mismo panorama con un aire más positivo se presenta en Arise, con mucho más sentido que en esta entrega. Por esto, esta película se queda para unas cuantas palmas, pero no existe forma de grabarla en el consciente colectivo. Simplemente queda muy pequeña a comparación de la obra cumbre que dio inicio a toda esta serie.
  • Acabo de terminar de ver la película, y necesitaba cotejar ciertas cosas. Gracias, excelente análisis, concuerdo.