[Reseña anime] Maria Holic Alive

Un castrante ejercicio del hedonismo

Aunque no está confirmado por medios científicos, la evidencia circunstancial muestra una horrible verdad en torno al público otaku, gamer y frikie, no tienen hijos. Ya sea la incapacidad de llevar a cabo sencillas funciones sociales (el cortejo, la interacción social y la amistad fuera del área de confort); la autocomplaciente indulgencia en complacer las más oscuras emociones en un ambiente virtual y el efecto físico que produce la inactividad física condena a una parte de una generación a una vida lejos del afán normal de una especie. ¿Pero a nadie le importa lo que sucede con nuestra vida y nuestro cuerpo? La respuesta como siempre es compleja. Las libertades fundamentales dictan que cada quien está en su derecho de hacer lo que sea con su vida, pero el impacto a futuro se siente sobre la población de los países. Este caso es realmente urgente en Japón, donde durante los últimos cinco años la población ha decrecido en un millón y la tercera parte de los adultos pasan los 65 años.
Luego del milagro económico, la crisis económica de los noventa estancó a la Isla del Sol Naciente en un severo estado de impotencia que se ha agravado con la tecnología. La cultura popular no está lejos de esta tendencia; donde en muchas series hablan del descenso de la natalidad, consolidación de áreas educativas debido a la baja matrícula, la crisis del japones promedio post-universitario, el ejercicio de una cultura basado en la autocomplacencia y la realidad del joven que trabaja sin futuro. Combinado con la explosión del anime y la resistencia de las productoras de invertir en tecnología de punta ha estancado la animación japonesa, la cual ha decaído progresivamente gracias al outsourcing y la ausencia de ideas. Maria Holic Alive sigue la tradición de las series que fueron un gran éxito en su primera corrida. Lo que resultó una atrevida y deliciosa comedia de situación, que dio un giro diferente al transexualismo y los deseos homoeróticos yuri en una población casi exclusivamente femenina, se transformó en una repetición hedonística de la misma fórmula. Esto lamentablemente nunca tiene un final feliz, no para el público.

Ficha Técnica

Manga: Minari Endo
Director: Akiyuki Shinbo
Escritores: Masahiro Yokotani y Miku Oshima
Música: Tatsuya Nishikawa
Estudio: Shaft
Emisión Abril-Junio 2011.

Inicio! Spoilers!

Si quieres adentrarte en la trama de este animé, puedes entrar a mi artículo: [Spoilers] Maria Holic Alive. ¡Allí te cuento todo lo que acontece en este animé, léase con precaución! 

Fin! Spoilers!

Los hermanos Shido y sus mayordomos, de izquierda a derecha Matsurika Shinōji, su hermano Rindo Shinōji, Shizu Shido. Abajo, Mariya Shido.  

Más de lo mismo con una sonrisa sincera

Aunque con menos carcajadas y más torpe que en su primera presentación, la segunda temporada de Maria Holic cumple con la premisa básica presente en toda la serie y nos deja una lección de vida que podemos aplicar para nosotros mismos.  En el transcurso de los tres meses de verano (de junio a agosto); el deseo desenfrenado de Kanako por ser castigada, sometida, besada, acariciada y violada por sus compañeras se vio constantemente frustrado; ya sea por la intervención de Mariya o por las buenas intenciones del padre Kanae. Al final, es su ambición y su mezquindad lo que casi arruina lo que pudo haber sido un hermoso cumpleaños; pero en el proceso de aceptar sus amistades y lo que estas pueden ofrecer ella descubre la verdadera felicidad, que ha hecho amigos de verdad y que es realmente feliz. Con un mensaje muy positivo, la serie cierra las locuras de los protagonistas con una nota alegre sobre el verdadero significado de la amistad y las relaciones interpersonales.
Entre las tonterías de las protagonistas y el caótico estilo de humor, Maria Holic Alive deja una didáctica enseñanza sobre las relaciones interpersonales entre personalidades con diferentes obsesiones. Esta lección (que pasa desapercibida ante la indiferencia del que busca tetas, culos y eunucos) de una autora especializada en josei como Minari Endo nos hace ver que por más extraña que seamos como personas, todos estamos sujetos a los mismos principios sociales de interacción. A la larga (aunque de la forma menos probable posible), todos dejamos impresiones en las personas que nos rodean; sean amigos, colegas de trabajo, compañeros de colegio o el tipo al cual trabamos en un partido. Esas impresiones importan, si son buenas nos permitirán llevar una vida social más saludable, sino nos permitirán disfrutar de nuestros gustos hedonistas y marchitarnos hasta que como Abraham Simpson tengamos que hacer fila en seguridad social y decir descaradamente “Soy viejo, deme!”.

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