[Reseña Anime] Panty and Stockings, la guía escatológica para el caos

La devolución de Gainax

Luego de ver Evangelion, uno supondría que la vida de Gainax estaba hecha para un futuro glorioso. La que fue una pesadilla en producción se transformó en un anime de culto que representó la década de los noventa y encabezó la primera invasión anime. Sin embargo, en el transcurso de la década la compañía mostró que Murphy siempre tiene la última palabra. De la mano (o por culpa) de Hideaki Anno la compañía sufrió durante la producción de Kare Kano, dio varios traspiés con varias historias hasta que finalmente a mediados del año 2000 “descubrieron” entre sus filas al director Hiroyuki Imaichi y su equipo, que vino con otro anime de culto para esa década en la forma de Gurren Lagan. El único problema que vino con esto es que el director era realmente extraño. Además de lo que es común (fanservice, hipersexualización, exageración), la serie trajo el elemento escatológico como parte de la trama. Esto combinado con un escándalo al principio de la serie con un director provocó anticuerpos en la estructura de la empresa a la que eventualmente dejaría para dirigir la exitosa Kill la Kill.
Así se ven de verdad las hermanas Anarchy. A la izquierda Stocking, a la derecha Panty.
Pero antes de esta otra serie de culto, el director se despidió de sus aficionados de Gainax con una pieza cuya mejor descripción podría ser “vomitiva”. Porque bajo la premisa de dos ángeles caídos que deben luchar por una ciudad, el autor y su equipo exprimió cada neurona que les quedaba para ofender, nausear, destrozar y realmente molestar al público objetivo. Por cosas del destino, el último anime para dicha compañía resultó ser una de esas extrañas proezas psicodélicas, las cuales marcan a una generación de espectadores con su humor de cañería pero gran ingenio en confundir al espectador. Por supuesto que hablo de Panty and Stocking (with Gaterbelt).

Panty and Stocking (with Gaterbelt)

Ficha Técnica

Director: Hiroyuki Imaichi
Escritora: Geek Fleet
Música: Taku Takahashi
Studio: Gainax
Cadena: Nippon Television Network System
Emisión de Octubre del 2010 a Diciembre del 2010

Inicio! Spoilers!

 

Ciudad Dasten, montículo de pus que se encuentra justo en el límite entre el infierno y el cielo. Constantemente fantasmas frustrados de diferentes orígenes asolan a sus ciudadanos con escatológicos castigos salidos de más allá del pensamiento. Pero sus habitantes no deben temer, porque Dios ha escogido a un par de protectoras que se encargan de evitar este desastre, las hermanas Anarquía, Panty y Stocking. De origen angelical, las dos chiquillas colaboran con el sacerdote de la ciudad, Garterbelt. Con la ayuda de un peculiar perro que sólo sabe decir Chuck, ellas defienden la ciudad de cualquier mal, aunque en el mejor estilo de las heroínas estilizadas destruyen más de lo que evitan.

Ojo! Spoilers!

¿Lindas? Lástima que no se ven así todo el anime.
Conocidas como las hermanas Anarquía, Panty y Stocking no pueden ser más diferentes la una de la otra. Panty es una angelical ninfómana hipersexuada, convierte la ropa interior en armas de fuego (incluyendo sus propios pantis a los que se refiere con cariño como Backlace), su ambición es acostarse con al menos mil hombres; es mal hablada, sucia, desordenada, grosa y mal pensada, es el deseo convertido en cuerpo pero no en actitud. Por su parte, Stocking es una lolita gótica ordenada, pulcra y limpia, que usa katanas para combatir (hechas en base a sus medias de seda a las que conoce como Stripes), su único defecto es una obsesión por la comida dulce. Ángeles caídos en desgracia del cielo, la única forma que tienen de regresar es por medio de monedas celestiales, las cuales obtienen de destruir a estos fantasmas. Pero depende del trabajo (y la aproximación), generalmente ellas terminan cubiertas de mierda, semen o cualquier clase de material asqueroso imaginable. Con una gama de fantasmas que van desde el vómito, la eyaculación y las aguas sépticas; nuestras heroínas deben abrirse paso (literalmente) con todo lo que tienen.

Ojo! Spoilers!

Durante la misión contra una envidiosa porrista las hermanas conocen a Brief, un auto reconocido cazador de fantasmas que comienza a asistirlas durante las misiones. También durante este proceso descubrimos que el sacerdote posee un lado oscuro. En la mejor representación de los sacerdotes católicos de la segunda mitad del siglo XX, Gaterbelt molesta menores y se disfraza como el gran G para llevar a cabo acciones de sadomasoquismo, desnudismo y otras actividades prohibidas a escondida de sus protegidas. Luego de interactuar con una pareja de un proxeneta lobo y su lolita Caperucita Roja, las chicas tienen un “merecido” descanso repleto de comida.

Ojo! Spoilers!

Las cosas se complican para la heroínas cuando finalmente aparecen las responsables de la mayoría de la actividad paranormal de la región, las hermanas Scanty y Kneesocks. Al principio sólo parecían dos estudiantes nuevas que habían llegado a imponer sus reglas en el Colegio al que asisten las heroínas, pero su piel roja denuncia su origen. En realidad, ambas son demonios que buscan esparcir el caos en la ciudad a través del llamado de los espíritus. Esta nueva amenaza duplica la actividad de las hermanas para detenerla (literalmente), y a pesar de conseguir detenerla en cada ocasión el esfuerzo provoca cada vez más holgazanería e irrealización en las hermanas.

Ojo! Spoilers!

Luego de un estudio completo de la mente de Chuck (que es manejada por un demonio que es amante de la demonio que controla a la mascota de las hermanas demonio Fastener) llegamos a la parte final de la obra. Por su enorme esfuerzo, Stocking es promovida al cielo mientras que a Panty se le castiga con repetir la recolección sin tener más relaciones sexuales. A falta de uno para conseguir su objetivo a ella le vuelve a crecer el himen (lo que la hace perder los poderes angelicales), descubre que Brief es en realidad bastante atractivo (es Briefers Rock, el hijo de uno de los magnates de la ciudad) y que él es el último descendiente de los monos. Su intento de acto sexual ha provocado que este se ponga duro y sirva como llave para abrir las puertas al demonio más grande que ha aparecido en la ciudad. Cuando todo parece perdido, Stocking regresa para apoyar a su hermana y al dar su virginidad por un amigo Panty es promovida a ángel. Con los poderes restaurados, ambas intentan destruir al fantasma pero la muerte de Gaterbelt en manos del alcalde Corset libera la tarjeta negra del cielo, con la que compran la última arma de destrucción para detener al fantasma. Esta invoca a su madre, que aplasta con sus tacones al fantasma y cierra la amenaza sobre la ciudad. Como han excedido el límite de crédito, ambas son castigadas de nuevo para quedarse en la ciudad y defenderla del mal.

Ojo! Spoilers!

En un giro ilógico de la trama (como muchos en Gainax), cuando regresan a la iglesia Stocking ataca a traición a Panty y la convierte en 666 pedacitos con sus cuchillas. Confabulada con los restos de Corset, ambos viajan a la siguiente ciudad dejando un rastro de migajas de Panty para que Brief los siga y sirva como llave. Cuando le preguntan porque lo ha hecho, Stocking afirma que es una demonio, para la incredulidad de las hermanas demonio y de todos excepto de un rescucitado Gartebelt que delega el rescate en Briefs y Chuck, para esperar lo que ocurre en la siguiente temporada.

Fin! Spoilers!

 

Dibujo calidad Gainax. Vomitivo!

Al final queda el olvido del culto

Sinceramente analizar Panty and Stocking es problemático. Si uno se pone a analizarla convencionalmente de inmediato cae en la categorización de mierda, sin apostrofes. Es una serie que habla de asquerosidades de forma vulgar y nauseabunda. Los males de Dasten City no sólo deben ser enfrentados por un par de inadaptadas sociales que deberían permanecer en una correccional, menos ir al cielo; sino que los estos males son cada vez más repulsivos conforme van avanzando. Pero en un esfuerzo por generar algo parecido a una trama, la segunda mitad de la serie obtiene un grupo de villanos que las heroínas deben enfrentar. Pero a la hora de enlazar la trama a un argumento para brindarnos un desenlaces, la historia deja de ser diferente y se convierte en un anime más del montón.
Sin embargo, en la repugnancia de la obra yace la genialidad del equipo de trabajo que acompañaría a Hiroyuki Imaichi a la compañía Trigger y a sus siguientes obras. La obviedad del absurdo, las bromas escatológicas y lo improbable de las heroínas (junto con un final que de verdad queda para el olvido al mejor estilo de este equipo) es lo que le dan un sabor diferente a este anime; uno de completo caos. Con narradores poco fiables, una musicalización fantástica (digna de un club nocturno), una historia traumatica y un final para el manicomio, Panty and Stocking nos queda como un ejemplo de como puede alguien intentar hacer algo para el olvido y con ello quedar en la memoria de sus espectadores. Lástima que sea un recuerdo que se borrará en el tiempo.