¡Guadaña sobre Hollywood! Los directores son prescindibles.

Hollywood. La tumba de sueños (y de los directores)

Ser un director de Hollywood es uno de los trabajos más inestables que existen el mundo. ¿Por qué? Porque el público es realmente volátil. Hace más de treinta años, cuando Kevin Costner produjo Waterworld todo el mundo se escandalizó porque fue una producción que superó los cien millones de dolares (172 millones contando publicidad). A pesar de que fue un fracaso (que ha recuperado la inversión con el tiempo); en la actualidad, una película como Edge of Tomorrow de Tom Cruise costó casi exactamente lo mismo (178 millones de dolares), tuvo el mismo nivel de fracaso y aún así es considerada una inversión menor que tal vez no marqué a este actor de medio siglo. No importa cuanto se invierta en una obra, si no recupera en taquillas, ventas de DVD y transmisión en cable; los productores, los que hicieron la inversión inicial, levantaran los dedos para señalar al culpable.

Cuando la imaginación de Hollywood falla, lo único que debe hacer el equipo creativo es cruzar el Océano. Edge of Tomorrow a la derecha con la novela ligera que sirvió de insipiración, All You Need is Kill.

Estos son de muchas clases y variedades. La mayor parte de las veces el golpe se lo llevan los actores (pueden dar fiel testimonio de esto Taylor Kistch, Ryan Reynolds y Gabriel Macht cuyos bellos rostros descansen en paz debido a sus monumentales fracasos). Pero cuando la flecha del fracaso señala al director se deben encender todas las alertas. Un fracaso puede tumbar una carrera, convertir a un realizador hábil en un trotamundos y robarle la oportunidad de figurar en el mercado. A continuación voy a enumerar una serie de directores que se encuentran en el ojo del huracán. Exitosos por mérito propio, ellos sucumbieron ante la presión y ahora son una sombra de lo que solían ser. Algunos de ellos prometen recuperarse, pero ningún inversor en sus cinco sentidos pondría un centavo en cualquier proyecto que tengan sin una garantía. Y algo que es seguro de Hollywood es que no hay garantías. Dicho esto, comenzamos.

Jon Favreau. Los Cowboys y los Aliens no coexisten.

Jon Favreau es un actor que representa siempre el papel del hombre normal. Alto, algo pasado de peso, simpático y de un gran carisma; esto se ha visto reflejado en sus múltiples representaciones secundarias a lo largo de su vida. Quien hubiera imaginado que detrás de este “cualquiera” se escondía el hombre que crearía de la nada la franquicia más exitosa de la historia del cine, el Universo de Marvel Studios en el cine. El inicio todo con Iron Man, él es el productor de mayoría de las películas de esta franquicia y su control se siente en todas las producciones que han salido hasta ahora. Pero en el 2009 Disney compró Marvel (escupo en ti ratón del  infierno). Así que de tener el completo control creativo, Jon se encontró fuera de todo lo que estaba formando. Debido a la perdida, la Paramount y la Universal lo animaron a realizar un proyecto personal que tenía estancado, quien sabe, tal vez resulte. Pero no lo hizo.


Cowboys vrs. Aliens
fue un fracaso mayúsculo. Daniel Craig (el sexto James Bond) y Harrison Ford (adaptándose a sus roles secundarios) no se vieron afectados por la debacle; pero Jon Favreu sintió el golpe seco en todo su ser. Desde ese fatídico momento ha bajado la guardia y se ha dedicado a la producción; dirigiendo solo producciones pequeñas para no perder la maña. Esperemos que El Libro de la Jungla pueda reconstruir su maltratatada carrera, pero no debería preocuparnos tanto. Todavía es joven y no se ha metido en tantos problemas (aún).

Mel Gibson, o el Loco Max, ¿O qué, acaso eres judía/o?

En el 2004, Mel Gibson, un alcohólico y devoto católico mariano ortodoxo, toco el cielo. Claro, eso le costó una deshidratación severa y un cuadro de perdida de peso al actor Jim Caviezel, pero que importa. Todo artista devoto daría medio brazo derecho por interpretar a Jesucristo. Pero si uno ve la película como espectador y no como fanático uno puede notar el lenguaje de Mel, lo que quiere decir. Cada latigazo que le metían a su Cristo en su Pasión, cada patada que los pobladores de Jerusalem le metían a su Cristo en su Pasión era un símbolo. Hablaban claramente de su compromiso mariano, su devoción a Dios y su odio irracional hacia los judios.

Cálmate Mel. Cómete un Snickers.

Por supuesto que él lo negó todo. Pero el problema es que en Hollywood los mandamases de todas las compañías son judios. ¡Ooops! Bueno, el éxito sin precedentes de la sesión de BDSM de Jesús en La Pasión de Cristo convenció a los productores judios de darle la oportunidad con Apocalypto. Pero cuando iban a estrenarla al Loco Max (digo Mel) se le ocurrió dar un paseíto por Los Ángeles después de unas cuantas copitas. Un atento oficial lo llevo a la comisaria, donde entre los humos del alcohol proclamó su odio anti-semita e hizo la pregunta fatídica. ¿Eres judía/o?

Apocalipto
no fue un fracaso, pero no fue el éxito esperado. Sin embargo, todos los productores de Hollywood marcaron a Mel para siempre. Nadie se burla de ellos, así ha quedado claro en los últimos ocho años en que Mel no ha tenido una oportunidad descente para volver a figurar. A diferencia de Jon Favreau el tiempo ya pasó para él. Mejor suerte en la próxima vida, Loco Max (perdón, él va a ir al cielo de los alcohólicos y golpeadores de mujeres).

Renny Harlin. Nadie tiene la llave del éxito.

Cuando John McTiernan no estuvo disponible para Die Hard 2, los productores comenzaron a buscar desesperadamente quien podría sustituirlo. Lo encontraron (si se puede decir de esa forma) en un director fines de películas de presupuesto mediano (ninguna de acción). En compañía de la opera “FinlandiaJohn McCain (Bruce Willis) destruyó el aeropuerto de Washington, tres aviones y cuatro edificios; derrotó a los malos, se reunió con su esposa y todo terminó como siempre. A todos les gustó, los 240 millones de dolares hablaron al final. A partir de ahí todos lo catalogaron como director de acción (incluyéndose a si mismo).

Luego de casarse con Gina Davis, su forma de proclamar su amor imperecedero fue con una película. Casi una década antes de Piratas del Caribe, Cuttroat Island fue la respuesta de alto presupuesto para reavivar el género que ya llevaba tiempo una muerte bien lenta. ¡Sigh! Cuesta decirlo, pero recuerdo que cuando fui a verla padecí un caso horrible de diarrea que me hizo salir dos veces del cine. Cuando la vi completa en cable me di cuenta de que no me había perdido de nada. Desde entonces Gina Davis dejó de ser una actriz clase A, Carolco (la productora) quebró y nuestro amigo Renny ahora hace películas para la WWF. Pero eso no es lo peor que le puede pasar a un director (aunque la Leyenda de Hércules puede ser su último clavo en la tumba).

M. Night Shamalan. La tenue línea entre lo sublime y lo ridículo.

Volvemos a Bruce Willis. Después de unos cuantos problemas de apuestas, el fortachón actor vendió su alma a Disney por diez películas. Él no podía saberlo, pero la extraña petición de un director desconocido lo volvería inmortal. El Sexto Sentido fue una obra de arte, con una de las más reconocidas actuaciones de Bruce y la peculiar dirección de este director hindú que saltó a la fama. Su forma peculiar de ver la vida, su espiritualidad y su punto de vista sobre los misterios que obsesionan al hombre llevaron al público al cine. Pero lo que pareció un punto de vista excéntrico y peculiar resultó ser que en verdad no sabía como darle el giro a la trama para llegar al clímax.
Lo peor de esta película es que fue filmada en Costa Rica. La gente del ICT creía que iba a ser el punto de partida de una venida masiva de Hollywood. Ahora Costa Rica es asociada con esto.

La estela del fracaso comenzó con la primera película infantil que hizo, The Last Airbender. La adaptación de Avatar: La Leyenda de Aang; esta no tuvo el control de sus productores en televisión y resultó en un desastroso desperdició de efectos especiales, ángulos de cámara y un reparto mal preparado. ¿Pero como podría empeorar? Bueno, si tu amigo Will Smith te llama para poner dinero de su cuenta para preparar una opera espacial y te da la oportunidad de dirigirla con su hijo de protagonista, no deberías fallar, ¿verdad? After Earth resultó ser un fracaso en taquilla, en crítica y en opinión; desacelero la carrera de Will, paró en seco la de su hijo Jaden (a menos que saquen otro Karate Kid) y relegó al otrora exitoso director al anonimato de las seis cifras.

Wolfgang Petersen, en línea con el desastre.

Hace mucho tiempo un director hizo una serie para televisión, una de submarinos. Innovadora, cruda, reveladora y de gran poder, U-Boat fue la plataforma que llevó a este director alemán a Hollywood; donde hizo cintas inolvidables como La Historia sin Fin, La Tormenta Perfecta (que rehabilitó la carrera de George Clooney y lanzó la de Mark Walhberg) y Troya (que sirvió como plataforma estelar para una de las pocas modelos que ha podido dar el paso a actriz, Diane Kruger).

Entonces, por algún avatar del destino, decidió hacer el remake de Poseidón. La epopeya máxima de las películas de desastres, la historia del barquito crucero que se da vuelta y de los pocos pasajeros que deciden escapar al ahogamiento. Basada en el libro La Aventura del Poseídon, con una película clásica de los años 70, la adaptación fue un fracaso en taquilla y vilipendeada por la crítica. De esta película nadie salio ileso, todos los actores y el director han pasado al casillero del olvido (¿Por qué tuviste que hacerlo Emmy Rossum? ¿Por qué actuaste aquí? ¿Por qué actuaste de Bulma?).
Dicen las malas lenguas que él desea hacer la adaptación de Paprika. Pero el mismo Satoshi Kon tardó más de una década en hacerla. Con la competencia de Cristopher Nolan con Inception y más de 8 años sin sacar una película, podemos decir que será una carrera cuesta arriba para el veterano director de 73 años.

Roland Emmerich, no hay que componer lo que no está roto.

Cuantas películas he visto de actores que se hacen pasar por presidentes. Bill Clinton odio Deep Impact (por representar al presidente como negro y pusilánime durante lluvia de asteroides), pero amo Air Force One (Harrison Ford es un actorazo, es más o menos de su edad y hacía de heroe). Para el 2013, dos películas muy parecidas de productoras rivales trataron de ganar la atención del público con respecto a la Casa Blanca, Olympus Has Fallen y White House Down. Ambas producciones representaban la toma de la de este símbolo, héroes improbables y un presidente negro. En este caso, si Antoine Fuqua en marzo pudo recoger 176 millones, que podríamos hacer con el gran Roland Emmerich y su grandielocuencia.

El presidente de los Estados Unidos ha enfrentado terroristas en su avión, meteoritos, una helada, una inundación catastrófica. Para que ahora use lanzacohetes. ¡Ha!
Una constante de Roland Emmerich es su grandielocuencia. Abiertamente gay, exhuberante y majestuoso; todas sus producciones son ambiciosas y sirven para marcar el punto de que EXISTE. Independence Day, The Patriot, The Day After Tomorrow y 2012 fueron exitos sin precedentes en el cine, con enormes avances en efectos especiales que fueron llevados a fronteras que no habían sido estimadas antes. Todo lo que hace debe ser grande y majestuoso, así como esta peliculita de la Casa Blanca. Pero lamentablemente, el público le dio la espalda, la crítica le dio la espalda y fracasó espectacularmente en taquilla. Por eso mejor Roland, quédate reuniendo el presupuesto para la segunda parte de Independence Day. Y puedes hablarte con Will, que después de After Earth se debió haber quedado sin platita.

Andrew Stanton. Si animar es lo tuyo, ¿porque hacer un blockbuster?

Este nombre no lo reconocen, pero este es el director de la película de Pixar más taquillera de todos los tiempos, Buscando a Nemo. Como uno de los cerebros creativos de este estudio de animación, Andrew Stanton fue la cabeza detrás de películas inolvidables (Buscando a Nemo, WALL-E, A Bug’s Life) así como su participación como productor en el resto de las historias. Pero llegó Disney (de nuevo) y compró su participación en Pixar. En la lucha por conservar el corazón de Pixar, John Lasseter entregó a Brad Bird y a Andrew Stanton a la máquina de Hollywood, porque parecía no poder hacer nada más con ellos. Brad Bird tuvo éxito con la cuarta entrega de Mission Imposible, pero el pobre Andrew

La película de John Carter no fue mala. Una adaptación más o menos fiel de la Princesa de Marte de Edgar Rice Burroughs, con una representación más o menos integral de Taylor Kistch (cough, cough) y un sólido reparto (aunque no conocido) parecía una receta para el éxito. Es más, sus 250 millones de dolares en taquilla haría aullar a otras producciones. Pero el problema fue que Disney invirtió 250 millones en hacerla. Tomando en cuenta de que la mitad de los ingresos de taquilla se quedan en el cine, Disney perdió 200 millones de dolares en esta apuesta (Ooops!). Así que Andrew volvió a lo que sabe mejor hacer, animar. Esperemos que Buscando a Dory lo rescate del olvido donde quedó la mayoría del elenco de esta película.

Michael Cimino. De la fama al olvido en un paso.

Esto ocurrió en la prehistoria. Yo tenía seis años, la mayoría de ustedes ni siquiera había pasado por la mente de sus padres. Pero luego de Jaws y Star Wars parecía que la época lejana de von Stroheim (donde el director tenía el control sin discutir) había vuelto. Directores jóvenes, atrevidos, con ideas innovadoras y un gran valor hacían películas y producían éxito tras éxito. Uno de ellos era Michael Cimino, que se llevó los Oscares de 1979 con The Deer Hunter. Por supuesto, los grandes de Hollywood vieron dinero detrás del director, así que le entregaron un proyecto sobre la Guerra del Condado Johnson confiaron. Él los haría ganar dinero y la crítica.


Heaven’s Gate
fue un fracaso; tanto de taquilla, de crítica y de relaciones públicas. Excedida en el presupuesto, mutilada en la mesa de edición hasta hacerla de un tamaño “manejable” y caracterizada por dinamitar caballos (con sus respectivos problemas con la PETA), la película se trajo abajo la reputación del director hasta tal punto que no ha podido ni ha tenido la oportunidad de volver a destacar. Tanto que no ha vuelto a dirigir desde 1996. 18 años sin trabajar en la profesión son muchos años.

Gore Verbinski. Cuando 260 millones no bastan para cubrir un fracaso.

En el 2003 dos proyectos compitieron por revivir dos géneros basados en literatura y muy amados por Hollywood. Mi favorito en ese tiempo era La Liga de Caballeros Extraordinarios (la última película de Sean Connery), pero al verla solo pude preguntarme en que diablos estaban pensando al adaptar esta obra de Alan Moore (que con toda justificación la odio). Por la que no daba nada era por Piratas del Caribe, pero aún así la fui a ver por Keira Knightley (en ese tiempo en que no tenía problemas alimenticios ni parecía un zombie andando). Pero por supuesto, Johnny Deep de Jack Sparrow, una historia inteligente y entretenida terminó por ganarme como expectador (tanto que he visto sus continuaciones). La receta del éxito se debe a este director polifacético.

Después del éxito de Rango parecía que no había nada que no pudiera hacer este director. Así que Disney (de nuevo) lo tomó en cuenta para resucitar el moribundo género de vaqueros. ¿Cómo? Con la serie que representa la quintaesencia del cowboy, El Llanero Solitario. Lamentablemente desde la controversia con Clayton Moore el vigilante de Texas ha estado maldito en el cine. Gore se encontró con un presupuesto ilimitado e hizo uso de él de formas en que escandalizaría a cualquiera. Lamentablemente, ni Johnny Deep (en un protagónico “secundario” de Tonto/Toro/Jack Sparrow) pudo salvar la debacle. Con una crítica horrenda y una taquilla sólida (pero que se consumió su presupuesto de 250 millones), hizo que Disney perdiera dos puntos en la bolsa. Por dicha le había hecho a George Lucas “una oferta que no pudo rechazar”. De esta forma, mientras este capítulo se entierra bajo la alfombra vemos como el ratón mojigato extiende sus tentáculos por Star Wars. ¡Soob!

Robert Rodriguez. 9 años es demasiado.

La pareja terrible del cine está compuesta por Robert Rodriguez y Quentin Tarantino. Este matrimonio hecho en el infierno, en los arrabales del bajo presupeusto de Hollywood ha supuesto la contribución de dos directores de contracultura que se han transformado en los que han hecho más con menos. Ingeniosos, brutales, controversiales y siempre en la boca de todos; su trabajo siempre ha causado temor pero respeto por el resultado final de sus obras. Bueno, casi siempre. Por eso, cuando Robert Rodriguez le entregó el reconocimiento de dirección a Frank Miller por el desaire de Robocop en los 90, renuncio a la DGA. Eso poco le importó a este chicano, que con Sin City produjo una obra revolucionaria desde el punto de vista estético y artístico.

Ava Lord y Wallenquist, la Bella y Qué Diablos es Eso. De Sin City: A Dame to Kill For.
Todos esperamos la segunda parte, y esperamos, y esperamos. Con ideas fijas en su cabeza, Robert esperó los embarazos de Angelina Jolie, rotó entre proyectos, hizo tonto por un rato. Mientras tanto otros directores imitaban con mucho éxito su estilo. Zack Snyder con 300 y Watchmen son los mejores ejemplos de la continuidad de este proyecto, The Spirit fue algo menos conocido y por supuesto la serie Spartacus (donde la pantalla verde se nota a leguas) volvieron común al público esta estética. Así que cuando Sin City: A Dame to Kill For sale en 2014, ¿quién va a ver más de lo mismo? Este fracaso puede ser la tumba definitiva para Robert Rodriguez, especialmente porque no ha conseguido hacer nada en taquilla ni en la crítica, además de que Troublemaker Studios (su estudio) puso su cuota de participación en este desastre. Esto puede acarreare problemas económicos serios a este director, que tanto nos ha dado por tan poco.
Bueno, con esto termino el recuento de como se puede arruinar una carrera en Hollywood. Pero por supuesto, me hacen falta vícitmas de la lista. Ustedes quienes opinan que podrían venir en esta lista. Quedo abierto a sugerencias. Porque lo único que se ocupa para caer de la cima es fallar. Por esto todos los directores hacen lo que pueden por conseguir estar arriba.
  • Interesante listado pero creo que estas siendo muy duro con Edge of Tomorrow, la cinta no es una obra maestra pero es super disfrutable, esta la 2da sci-fi de Tom Cruise (Oblivion) en la que no me cae tan soso. Los hermanos Coen entran en esta categoria?