El informe Luczak. El Despertar de Gleeth (1/4)

“Y entonces, cuando embargado por el asco, Tsukuyomi no Mitoko asesinó a
Uke Mochi;
Amaterasu no Mitoko, su hermana y esposa, lo tildo de dios malvado y lo
hecho de su lado.
Desde ese día, el Sol y la Luna, el día y la noche jamás comparten el
mismo cielo”.

El informe Luczak

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Brockton, Condado de Worcester,
25 de mayo de 1895.

Sr.          Tadeo Gilowska
Comisión de Asuntos
Ocultos
Cámara Baja de la
República Federal
Estimado señor:
Por este medio le comunico los terribles
sucesos acontecidos durante los primeros días del mes en curso, los cuales han
puesto a la comunidad y a la región de Middlesex en una situación traumática,
próxima al desorden civil. Como investigador y como miembro de la cámara jamás
había esperado semejantes horrores, por lo que mi relato a continuación podrá
parecer increíble.
Según el testimonio de los vecinos, el crimen y
la delincuencia han aumentado. Aparte de los robos y actos de vandalismo, en
los últimos meses los secuestros y las desapariciones han escalado. Pero lo que
produce más desazón a las nobles y honradas personas eran los rumores de los
rituales que se llevan a cabo en los pantanos de los alrededores. Estas
noticias llegaron de boca de los cazadores y forrajeros, con relatos
extraordinarios de demoniacos cantos guturales, que combinado con el hallazgo
de restos humanos entre la turba confirmaron nuestros peores temores.
La gota que derramó el vaso fue el secuestro de
cuatro jovencitas que daban un paseo dominical por los alrededores de Brockton.
Entre ellas se encontraba Annamarie Deveraux, la hija menor de Margaretta
Deveraux, viuda del infame general separatista Christian Pettersen; así como su
niñera y sus amigas. Todo ocurrió a pleno día, ante la vista de los habitantes,
que no hicieron nada para detener a los transgresores, los cuales montaron a
sus víctimas en un vehículo y se internaron en el pantano.
El juez de paz Marcus Thompson reunió a un
grupo de hombres para seguir a los criminales. Yo acompañé a este grupo de
valientes sin saber los horrores que nos esperaban. A pesar de la experta guía
de los cazadores el recorrido por las cenagosas aguas de ese pútrido pantano
nos llevó buena parte de la tarde. Con el caer de la noche, el ímpetu del joven
Stephen Thompson, el hijo del juez, se sobrepuso a nuestro deseo de descansar y
nos mantuvo con sus arengas tras la pista de los malhechores. Era tarde cuando
encontramos las ruinas de un templo en medio de la nada, que se encontraba
adornado de la manera más grotesca. Con altares elaborados de huesos humanos,
ídolos que representaban aberraciones infernales y teñidas de sangre
estremecieron el corazón de todos.
Imagen promocional de La Montaña del Dios Cannibal, de Sam Peffer.
Guiados por los cánticos nos adentramos en las
ruinas, donde medio centenar de criaturas, porque no existe forma de que
pertenezcan al género humano, danzaba y cantaban en un idioma desconocido que
se adentró en nuestros pechos. El cazador nos comentó con temor que su deidad
los protegía gracias a esta ceremonia. Mientras observábamos con horror la
ceremonia, pude notar los cadáveres mutilados de las personas que habían
secuestrado colgando en jaulas. A pesar de mi experiencia como forense, jamás
había presenciado semejante escena. También pude ver a la joven niñera, que
continuaba con vida, atada a una piedra de sacrificio, donde el chaman marcaba
su cuerpo con un cuchillo de obsidiana, dispuesto a concluir su macabra obra.
El joven Thompson fue el primero que disparó su
rifle y cargó en contra de las criaturas. Aunque éramos menos en número,
teníamos el elemento sorpresa porque ellos no esperaban que llegáramos a su guarida.
La batalla sólo duro unos minutos, tras los cuales quince cultistas yacían
muertos o heridos, los demás huyeron o se rindieron ante nuestras armas. Fue
entonces cuando Thompson me llamó al altar, para que revisara a la niñera. Pesé
que había llegado tarde, porque tenía una herida desde su costado izquierdo
hasta su corazón. Pero cuando estuve cerca noté que respiraba. Descubrí con
alivio que ella debe ser uno de esos extraños casos en que el corazón se
desarrolla del lado derecho.
Mientras la atendía lo mejor que podía, el
líder del culto exclamó unas palabras extrañas y señaló a una de las jaulas
antes de morir. En su interior estaba Annemarie Deveraux, atada, con una herida
en su brazo de la que brotaba una repugnante baba verde que por poco me hizo
vomitar. Con la ayuda del joven Thompson llevamos a las víctimas a la
carretera, la que alcanzamos al alba. Haciendo uso de su vehículo, el joven
partió con ellas al hospital, mientras yo regresaba para levantar las pesquisas
del caso y recopilar las pruebas correspondientes.
Los cultistas sobrevivientes fueron llevados a
la comisaría de Brockton, donde descubrimos que más de la mitad no se encontraban
en capacidad de enfrentar a un juicio. Ya sea por su origen mestizo o por su
adicción a drogas alucinógenas, la mayoría había perdido la razón hacía mucho
tiempo. Los pocos que todavía se encontraban cuerdos recibimos confesiones
inesperadas. Ellos eran adoradores del Dios Ciego de la Luna. A pesar de los
numerosos interrogatorios no nos fue posible conseguir más información.
Cuerpo de Jesse Washington, linchado por la población de Waco, Texas bajo sospecha de violación y asesinato. Mayo 15, 1916.
La noticia de que la joven niñera y la pequeña
no sobrevivieron a sus heridas levantó a la población entera de Brockton que exigió
la entrega de los malhechores. A pesar de la férrea oposición del juez Marcus,
el comisario accedió a la petición y los cultistas fueron linchados en la plaza
central. Ante sus cadáveres calcinados, advertencia inequívoca de que la
comunidad jamás permitirá que esto vuelva a suceder, escribo este reporte. A su
discreción envío embaladas las estatuillas rescatadas del horrible sitió donde
se practico esta orgia de muerte, así como las transcripciones de los
testimonios obtenidos de los interrogatorios. Considero que es de vital
importancia analizar las figuras de esta criatura; ciega, sorda y con escamas,
que representa a la Luna. Sé que la Comisión tiene acceso al original del Unaussprechlichen Kulten, por esto
solicito que se investiguen las pruebas con más detalle.
Sospecho que la obra de este culto es sólo una
pequeña parte de los males que han agobiado esta región desde el final de la guerra.
Estas últimas víctimas han servido para que estas prácticas oscuras se den a conocer
ante la gente civilizada y respetuosa de la ley. Por esto solicito que atienda
esta misiva a la brevedad posible antes de que la situación salga de nuestro
control.
Se despide de usted, un servidor.
          Dr. Dawid Luczak 
                      Forense de la Alcaldía de Brockton
                
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