Shingeki no Kyojin | Cap 01 | La caída de Shingashima

“Aquel día, la humanidad recibió un triste recordatorio. Vivíamos asustados de los titanes y caímos en la deshonra de vivir en aquellas cajas que llamamos muros”.

Con estas palabras recitadas por el protagonista con misteriosa música de fondo y seguida de una explosión coral de voces es que da inicio Shingeki no Kyojin, el animé que más esta dando que hablar esta temporada y no es para menos. En los años recientes pocas producciones niponas han alcanzado un equilibrio suficiente entre argumento, mercadotecnia y capacidad técnica para recibir alabanzas tanto de quienes buscan una historia que les desafíe intelectualmente aunque sea un poco (recibió el Premio Cultural Tezuka Osamu del año 2012) y también de quienes gustan de platillos sencillos y basados más en la acción.
El tema más importante que este episodio  -y probablemente de la serie a juzgar por el opening- es la contraposición entre quienes buscan vivir una cómoda rutina y a quienes les quema en su interior la urgencia de cambiar sus circunstancias. Al respecto, es muy revelador el diálogo entre el protagonista (Eren) y un guardia de los muros (Hannes) donde se debate esta dicotomía.
  • Hannes
    • “Mientras reparo los muros, veo a los titanes meroedando todo el tiempo. Pero como soldado, no creo que puedan hacerle nada a estos muros de cincuenta metros”.
  • Eren
    • “Entonces no tienes ni siquiera la voluntad de pelear contra ellos… ¿Por qué no comienzan a llamarse ‘Reparadores de Muros’ en vez de ‘Guardianes de la Ciudad'”.
  • Hannes
    • “Eren, cuando las personas ven pelear a los soldados saben que algo malo pasó. Todos son más felices cuando no hacemos nada y nos llaman ‘Vividores inútiles'”.
  • Eren
    • “Si lo sé. Podremos no salir afuera, pero viviremos suficiente tiempo como podamos comer y dormir. Pero… vivimos como… como… ganado”.
Es notable que aunque otros individuos le den la razón a Eren en un nivel racional (“entre más tiempo se extiende la paz más cerca se esta de que acabe”) la mayoría coincide que a fines prácticos la inconformidad de éste y sus amigos es inútil ya que su situación es imposible de cambiar y no vale la pena el sacrificio inútil de sus vidas. Esta conclusión esta bien fundamentada en la práctica, al constatar que los miembros de la valerosa Infantería de Reconocimiento no han derrotado a un solo titán en el mundo exterior a pesar de las numerosas pérdidas humanas en el intento.

El patetismo de la condición humana queda fuertemente demostrado en la escena cuando una anciana madre desesperadamente busca a su hijo entre los sobrevivientes, para solamente recibir un brazo de éste como resto funerario. Lleno de frustración y culpa, el jefe del escuadrón se derrumba emocionalmente y acepta el fracaso de su liderazgo y la inutilidad de esos planes.
A pesar de esto, nada cambia el pensamiento de los protagonistas de que las murallas no los van a defender indefinidamente.
Quienes piensen en salir al mundo exterior, como los niños Eren Jaeger, Mikasa Ackerman y Armin Arlet -protagonistas de la historia- son considerados herejes y discriminados… al menos hasta que la realidad les patea la puerta, literalmente, cuando un titán de tamaño colosal aparece de la nada y derriba el muro con una sola patada. Y cuando escribo que aparece de la nada, es en serio, en medio del pacífico atardecer cae un relámpago carmesí frente a la puerta de la ciudad, y allí hace su aparición el Titán Colosal. ¿Apareció desde el relámpago o su llegada atrajo el relámpago? Y si es lo primero, ¿por qué no se apareció dentro de la ciudad? Quizás sea inteligente y su objetivo era romper la entrada para otros titanes de “menor tamaño”. También es destacable que genera tanto calor que literalmente irradia vapor, algo lógico de una criatura de sangre caliente con poco más de 50 metros de altura.
El hecho es que los titanes “menores” se introducen en la impreparada ciudad y se dan un festín de carne humana. Dado que tienen un siglo de no comer humanos, claramente no deben necesitar de estos como fuente de alimento. Es más, dada la expresión de sus rostros, se diría que los titanes disfrutan el cazar y devorar lentamente humanos. En un principio es decepcionante el diseño de los titanes, uno quizás los hubiera imaginado como seres grotescos y amorfos, pero simplemente se ven como humanos gigantezcos sin genitales. 
Quizás al final, esto halla sido una buena decisión, pues en último término causa más impacto, horror y repulsión ver a una criatura con rostro humano deleitarse en devorar a una persona que suplica por su vida, que a una bestia aterradora. Al verlos caminar, uno puede compararlos con bebés que apenas aprenden a caminar y que juegan con las hormigas y se las comen con inocencia. Otros en cambio, parecen tener una expresión malévola, como el titán que se come a la madre de Eren.

Es interesante entrever el pasado de este mundo. Culturamente es una sociedad atrasada, que funciona bajo un régimen
feudal y que castiga a quienes se atreven a hablar del mundo exterior. A pesar de ello, su desarrollo tecnológico es similar al de nuestra era pre-industrial, con tácticas militares limitadas y claramente inefectivas. En lugar de perfeccionar su capacidad armamentística, prefieren lanzar a sus soldados en una lucha imposible cuerpo a cuerpo, donde un simple arco largo inglés del medievo sería mucho más efectivo (un arma capaz de impactar con la fuerza de 70 kgs de fuerza desde una distancia de varios centenares de metros, casi el doble de la fuerza de impacto de una espada empuñada por un adulto fuerte) y ni que decir de otras tecnologías que serían útiles y lógicas en este contexto, como el uso de líquidos inflamables contra los invasores, cadenas arponeadas, etc. Pero bien, es el primer episodio y espero ver cómo se desenvuelve la lucha desigual.
Al final más allá de la lectura heroica y de acción del shonen, uno puede realizar una lectura del mensaje de este episodio a varios niveles: ¿eres de los que se resignan a vivir como ganado o del lado que busca cambiar su contexto? Estoy seguro que en este momento puedes pensar en tu vida y ver cuáles son las mismas murallas tras las que te escondes ahora mismo para no enfrentar a esos “titanes” a quienes temes (problemas familiares, traumas, estudios, etc). O puede leerse como la lucha del individuo por no ser absorbida su libertad por las titánicas fuerzas del mercado (multinacionales, corporaciones, gobiernos, bancos) que deciden sobre su vida. O también como el despertar de una nación que evade enfrentar a las amenazas que atentan contra su existencia (narcotráfico, terrorismo, apatía ciudadana).
Independientemente del lado que creas estar, antes de censurar y atacar a quien incomoda tu conciencia para hacerte despertar a una realidad que quizás intentas ignorar, recuerda a la mítica Cassandra y recuerda también a los titanes. Les dejo por ahora, que terminé de descargar el segundo capítulo. ¡Nos leémos!