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El error de copiar superheroes al contexto latino.

Ordinariamente si la gente piensa en cómic, irremediablemente piensan primero en superhéroes. Es inevitable, dado que históricamente es el género que disparó el crecimiento del noveno arte y el que lo exportó como producto comercial por todo el mundo. Sin embargo, en muy pocos países se puede decir que el género superheroico ha calado tanto como para crear y prosperar con personajes autóctonos. Costa Rica no es la excepción a este fenómeno, al igual que en la mayoría de países latinoamericanos.

Estos personajes tuvieron éxito porque entendieron las necesidades de su época.
 El superhéroe innegablemente es un diseño a la medida de la cultura estadounidense.  "Made in USA".  Una cultura que privilegia el poderío físico y la capacidad de vencer en cualquier circunstancia y de manera contundente. Es lo que se le ha llamado, la experiencia del "Touchdown", esa jugada del fútbol americano donde un jugador avanza indetenible entre filas de oponentes hasta la explosión orgásmica del público ante su anotación.

Evidentemente esta no es la experiencia latinoamericana. Por esta razón los intentos por asimilar el modelo del superhéroe estadounidense al contexto local han fracasado una y otra vez. Es la frustración que comúnmente siente el dibujante que comienza a crear sus personajes originales y choca contra el muro del rechazo al tratar de trasladar las características de sus superhéroes favoritos a la realidad que le rodea. Quizás sería más recomendable, para este artista, estudiar la propia historia antes de embarcarse a importar ideas, como lo muestra en este panel.

Este cómic cubano muestra cómo los héroes nacen de la vivencia histórica de cada nación | Filocomic.
En el extremo opuesto, el caso de los dibujantes de manga, encontramos que chocan contra el mismo muro: intentan forzar la realidad de la sociedad japonesa a un contexto occidental. Obviamente, sin éxito.

No se trata de que los latinoamericanos no deberían crear héroes propios, sino que los artistas deben buscar en su propio proceso de formación histórica y cultural de su nación los ingredientes para crear a personajes que verdaderamente se puedan arraigar en el inconsciente colectivo. Esto, si desean que sus obras perduren. 15 abr 2012