Cosas que deberían volver: BIONICLE

Hasta tiempos relativamente recientes, las series de juguetes solían derrochar creatividad e historias cautivantes, sin necesitar de estar a la sombra de franquicias existentes, o de limitarse a ser un mero merchandising de las mismas. Uno de los casos más emblemáticos lo fue BIONICLE de Lego Group.

Es cierto que los bloquecitos Lego estuvieron presentes en cuanta infancia se pueda nombrar: pero me atrevería a pensar que a día de hoy, muchos han dejado caer esta serie en el olvido: pues bueno, aquí un servidor se propone desagraviar tamaña injusticia. 

Hola a todos, estimados lectores. Antes que nada debo disculparme con ustedes y con el equipo del blog por no haber comenzado con el posteo como debe de ser, pero como considero que la mejor disculpa es empezar a postear, en agradecimiento de esta oportunidad que me está ofreciendo el equipo de Neoverso, aquí les va el primero de una serie de posts que estoy pensando en publicar en este blog. 

Hasta tiempos relativamente recientes, las series de juguetes solían derrochar creatividad e historias cautivantes, sin necesitar de estar a la sombra de franquicias existentes, o de limitarse a ser un mero merchandising de las mismas. Uno de los casos más emblemáticos lo fue BIONICLE de Lego Group.


Es cierto que los bloquecitos Lego estuvieron presentes en cuanta infancia se pueda nombrar: pero me atrevería a pensar que a día de hoy, muchos han dejado caer esta serie en el olvido: pues bueno, aquí un servidor se propone desagraviar tamaña injusticia.


BIONICLE fue desarrollado por Lego Group en el año 2001, y tuvo una vida de 9 fructíferos años, hasta que en el 2010, dejó de producirse. Ya antes, LEGO había experimentado juguetes con figura robótica como los Throwbots y los Roboriders, pero sería con BIONICLE, que lograría forjar una saga con mucha más personalidad y carisma.

La serie nos introduce en el Universo Matoran, habitado por criaturas robóticas, los Toa y los Matoran, quienes deben devolver la vida al planeta SpherusMagna (que fue dividido en un planeta y dos lunas) mientras se cierne sobre ellos la amenaza de Makuta Teridax, el principal antagonista de la saga, quien a su vez está enfrentado con el gran héroe de la serie: MataNui, el gran Ser. Los personajes estaban divididos en varios elementos con sus correspondientes colores: fuego (rojo), agua (azul), aire y vegetales (verde), tierra (negro), piedra (ocre) y hielo (blanco). Sin embargo, se podían hacer muchas combinaciones (a menudo más poderosas que las originales), y también se le podía asignar significados distintos a los colores originalmente establecidos. 



Éste era el principal atractivo de la serie: ¿quien pudiera contar las horas que uno se pasaba montando bestias mecánicas, héroes y monstruos con sus respectivas piezas (sobre todo las máscaras de poder llamadas Kanohi)? El primigenio interés constructivo en el que se cimentó LEGO, no se perdía, sino que era llevado a una nueva dimensión. Y como los juguetes tenían tanto éxito tanto en historia como en jugabilidad (y no digamos coleccionabilidad), LEGO no tardó en sacar películas como BIONICLE: La Máscara de la Luz y sus protosecuelas: BIONICLE 2: Leyendas de MetroNui, BIONICLE 3: la red de las sombras y BIONICLE: La leyenda renace. Esto marcó un hito importante, al ser BIONICLE: la máscara de la luz, la primera película hecha a partir de un producto Lego.




¿A todo esto, nadie ha notado el sabor polinesio y tribal que desprendían los nombres de estos personajes y de su universo? Pues eso nada tiene de extraño, si tomamos en cuenta que activistas maoríes de Nueva Zelanda llegaron a querellar a LEGO por registrar palabras de su idioma como nombres de productos, lo que obligó a la empresa a cambiar ligeramente algunos términos.


Si bien la historia de BIONICLE según su guionista Greg Farshtey ha concluido oficialmente hace 3 años, no es ese el motivo de este arrebato de nostalgia. Lo es el hecho que la serie haya sido reemplazada por insípidas series de Lego Star Wars e Indiana Jones Lego (aunque claro, Star Wars Lego ya existía para cuando se creó BIONICLE). Y eso no fue lo peor: LEGO decidió crear una serie muy similar, llamada Hero’s Factory, que como supondrán no tuve tiempo de disfrutar. Podrían haber dicho que era un intento de revivir la saga BIONICLE, pero siendo sinceros, no me parece honesto tener que reemplazar con un sucedáneo tan improvisado una serie de por sí tan buena.

Bueno, he de admitir que un Grievous Bionicle se ve más cojonudo que el Grievous original del episodio V.

 

Pero con respecto a Hero’s Factory no hay nada que hacer… Go Keetongu (derecha)!

En lo referente a videojuegos, si bien tuvieron un tropiezo con el GameBoy Advance en el 2001, se recuperaron notoriamente con Bionicle, the game, para PlayStation y Xbox. Luego de esto, en 2006 vendría el Bionicle Heroes, que también se incluía para PC, aunque muchos consideraran que este juego poco tenía que ver con la historia oficial. También tuvieron varios juegos online que francamente nunca pude jugar, aunque según parece, uno no se pierde mucho con eso.

En fin, que estaremos esperando el regreso de los campeones MataNui, porque nunca será demasiado tarde para revivir sus inolvidables aventuras. LEGO aún podría seguir comercializando los jueguetes para coleccionistas nostálgicos, o sorprendernos de vez en cuando con una nueva película (que eso sí, no se viole a la historia de BIONICLE): esas son las cosas que hacen más llevadera la nostalgia, hasta diría yo, la hacen innecesaria, al crear un vínculo entre el presente y el pasado, sobre todo cuando éste no es muy lejano.

 

Concluyo el post con una foto de mi personaje favorito, Brutaka , el guerrero renegado de la Orden MataNui.


Y con un vídeo promocional con la música de All American Rejects.