Starship Operators

Durante el período de descanso en el cual dedique mis esfuerzos a otro tipo de satisfacciones personal entre los cuales no destacaba la lectura, llevaba a cabo la usual investigación para determinar que serie de animé (si, soy otaku, lo reconozco). Luego de intentar bajar, quemar y codificar El Puño de la Estrella del Norte, luego de que un amigo desistiera de hacerlo; combinado con la insatisfacción que me dejaban los filler de Inu Yasha, renuncié para siempre a bajar series en progreso aunque me gustaran. De esta forma, a mediados del  2007, me puse a buscar series que bajar que fuesen de 13 o 26 episodios. En la lista puse a Grenadier y Samurai 7 (el remake en anime del clásico de Akira Kurosawa) cuando me tropecé con Starship Operators.
Basado en la novela ligera de Ryo Nizumo, la premisa desde un principio suena poderosa pero se puede leer entre líneas. Tres decenas de cadetes en entrenamiento de la Academia Militar de Kibi (universitarios y colegiales) quedan atrapados dentro de la nave comando Amaterasu en el inicio de la guerra de su nación Kibi contra la Alianza Henrietta.

Abandonados por sus oficiales superiores, ante la noticia de la rendición de su patria, ellos se niegan a entregar su nave y deciden luchar en contra del enemigo de su nación. Con este fin, ellos llegan a un acuerdo con Galaxy Network, que brinda los recursos para comprar la nave al gobierno de Kibi a cambio de hacer un ‘reality show’ de ese evento. Con estas armas en sus manos, los cadetes se lanzan en una lucha imposible en contra de un formidable enemigo.

Una crítica pasiva al pacifismo, a la inactividad y a la sumisión; la serie no fue un éxito ni entre la crítica ni entre los fans. Mucho de esto se debe al apego que el equipo de diseño tuvo a la ciencia dura y a la novela en la cual está basado (una gran cantidad de tiempo describiendo tácticas, resumen en segundos de horas y días de combate en el espacio, inexactitud de la aparición de las naves fuera de hiperespacio que se traducía en tiempos muertos dentro de la serie que la vuelven aburrida ante muchos ojos). Ni siquiera la aplastante superioridad de mujeres de la tripulación (hay tres mujeres por cada hombre), con su conveniente realce, salvó a la serie de la posibilidad de una nueva temporada.
Esta serie habla con detalle de una verdad que envuelve al mundo actual, que la guerra no es peleada por hombres hechos y derechos, sino por muchachos e inclusive niños. Criaturas que ni siquiera tienen edad para tomar o votar son lanzados hacia los horrores de la guerra; ven morir a sus amigos, a sus amados, despertando al juego de traición y brutalidad de los adultos demasiado temprano en su vida.

Combinado con un respetuoso tratamiento de la ciencia dura dentro de la ciencia ficción, así como el hábil uso de teorías acerca del movimiento en el espacio (con el generador de inercia potencial para suprimir los efectos G sobre los tripulantes de la nave, los saltos de hiperespacio, la tecnología de teletransportación y la variedad en el tipo de armas en el espacio) en mi opinión la convierten en una referencia ineludible para aquellos que gustan de la ciencia ficción, de la animación y el dibujo. Por esta misma razón, al igual que por sus trece cortos episodios, es que recomiendo a los fans de ciencia ficción a verla. Va a ser un rato divertido.