Autor: Frank Calviño
Edición: Kindle
Páginas: 166
ASIN: B00P01TRTO
Formato: Ebook
Sinópsis: En un universo alternativo, la Unión no pudo vencer a la Confederación y Estados Unidos quedó irremediablemente fragmentado en dos naciones. En el norte la libertad fue dada a todos los hombres, en el sur, la esclavitud aún impera y el algodón sigue siendo “el rey”. Bajo este bizarro escenario, un crimen cometido en territorio de la Unión -presuntamente por un esclavo fugitivo- obligará al Marshall Matthew Craig de Harkon Cutty, a perseguir la justicia cruzando la frontera hacia el Sur. Una misión suicida, pues Craig – un ex soldado de la Unión con un fuerte sentido de la justicia- pretende nada más y nada menos que llevarse al presunto esclavo al pueblo de Cutty, para ser juzgado en libertad y poder determinar su correcto castigo. Sin embargo, a veces la Ley y la Justicia no van de la mano, y en las tierras de la Confederación los esclavos no son tratados como seres humanos, sino como propiedad privada. Posesiones preciadas que la ley Confederada defiende hasta las últimas consecuencias. En este duelo entre lo justo y lo legal, los revólveres hablarán, una chispa desatará una tormenta, y la verdad estará oculta en el susurro de las cadenas.
Vive una aventura al mejor estilo Western en esta primera entrega de la trilogía La Bala Perdida. Una crónica descarnada y salvaje de un pasado que pudo ser tan real cómo resultó el nuestro. En este universo ficticio, un pequeño accidente cambió todo el destino de una nación. Y preparó el terreno de la imaginación para que el escritor y periodista Frank Calviño nos planteé una serie de preguntas intrigantes ¿Tenemos un destino manifiesto del que no podemos escapar? ¿Qué pasa cuando los hombres buenos deciden no intervenir ante las injusticias? ¿Existen las guerras justas? ¿Puede la esclavitud encadenar al amo junto al siervo? Una novela veloz, de lectura apasionante e ideal para los amantes de la historia, y con un final explosivo que invita a la mente a imaginar lo fácil que podría haber resultado, de una manera completamente diferente, la historia de la humanidad.
Lo malo: La cronología histórica. Al igual que en dos obras anteriores que he leído (La Interpretadora de Sueños y El Laberinto del Psicólogo); el autor cometió un descuido en su investigación histórica que dejó a su historia sin un apoyo firme en el pasado. Ese tipo de pecado se puede tomar como “libertad artística”, pero la realidad es que muchos de los críticos miran esos errores para hacer leña del árbol caído. Mucho ojo, esta clase de descuidos no pueden suceder a menudo en una novela de este tipo.
Lo incómodo: La edición. En la vena de los autopublicados, la novela tiene algunos problemas de edición que dificultan su lectura, en especial con respecto a los diálogos. El paso narrativo debe ser lo más ortogonal que se pueda, por lo que constantes cambios de margen pueden dejar al lector perdido.
Lo bueno: La sensación histórica. A pesar de que los diálogos están en español, se sintió tanto en sus diálogos como en el ambiente que estábamos en la frontera del Medio Oeste, en un sitio de una decadencia matizada con esclavos. Aunque el tratamiento de los esclavos fue excesivo, esta clase de excesos polariza la obra e identifica al lector, lo que permite una digestión mucho más suave de todos los trastazos que ocurren en el preduelo de sus protagonistas.
Mi opinión: El Susurro de las Cadenas no será la primera novela histórica que tenga errores, ni será la última. Sin embargo, en una obra que alberga western con realidad alterna, da una deliciosa sensación sinfónica en el horror, la crudeza y las desgracias que ocurren a ambos lados de la frontera; mientras sienta el precedente de una pregunta que contestamos hace mucho. ¿Los esclavos son personas? A diferencia del infame fallo de Dredd Scott vrs. Stanford, un esclavo pertenece a una persona. Tal como un vehículo, si el esclavo hace algo es culpa del amo este evento. O es preferible darle potestad de persona al esclavo. En un mundo donde todo adquiere noción de “persona”, es una pregunta que llega hasta nuestros días, y nos atormenta de igual manera.
Feliz Lectura!