KITE LIBERATOR (2008). Una opaca segunda parte.

 

Con la salida de Kite y Mezzoforte (en sus dos versiones), la mente perversa y torcida de Yasoumi Umetsu ya había dado mucho de que hablar en el ambiente de las series de animación. Porque ambas series, por más sucias y depravadas que resultasen (aunque para estándares actuales apenas se pueden considerar menos hentai y más seinen); había ganado fans duros por medio de la comercialización de sus series por medios duros. Si, porque lo que importa en Japón no es la emisión, es cuanto de la serie te pueden comprar y cuanto pueden pagar por el espacio (para referencias ver Gundam Unicorn).
Para la celebración del 10 aniversario de la que sería su obra definitiva, al director se le comisionó la creación de una nueva serie. Kite Liberator (a diferencia de su predecesora) fue comisionada por occidente (con John Sirabella de Media Blasters como su productor ejecutivo). Esta leve pero crucial diferencia se siente en la obra, que se desarrolla en el mismo ambiente de la película original, solo que con 10 años de diferencia (el 10 es un número cabalístico en esta película). Pero el contenido es completamente diferente. ¿La gran pregunta es por qué?
Inicio! Spoilers!
La acción comienza en el espacio. Debido a una serie de contratos con varias organizaciones, la Estación Espacial Internacional es un gran éxito, y lo ha sido durante los últimos años. Durante el siguiente relevo en el turno de guardia, un ingeniero japones (Koichi Doi) que fabrica comida especialmente diseñada para mitigar los efectos de la baja gravedad (descenso en el nivel de calcio en los huesos) conoce al único astronauta japonés (Orudu Noguchi) que todavía es residente en la estación. Este le muestra una foto de su hija (Monaka), a la cual desea volver a ver como nada en el mundo luego de casi 10 años de ausencia. Como último deseo, para su regreso él le solicita que le entregue un brazalete hecho con rocas espaciales que el mismo le fabrico.
Ojo! Spoilers!
En la tierra, durante una persecución policial, un pedófilo reconocido usa a una jovencita como rehén y se encierra en un baño. Lamentablemente para él, cuando la comienza a molestar se convierte en la víctima más reciente del “Ángel de la Muerte”, un asesino despiadado que se especializa en matar criminales y responde al nombre de Sawa. Luego de que huye de los policias, descubrimos por medio de las imágenes que la verdadera identidad de la criatura es Monaka, la hija del astronauta.
Ojo! Spoilers!
La joven trabaja en un café llamado Apollo 11, donde es compañera de Manatsu Mukai, una misteriosa salonera con un temperamento firme y gran autoridad. Esto queda reflejado en dos episodios aislados, donde ella le agrega picante habanero a una cerveza gratis que le sirve a un cliente que molestó a una de sus compañeras y luego cuando este mismo cliente molesta a Monaka tiempo después lo receta con una gran patada en la entrepierna. Lo más peculiar de esta mesera es su inmenso parecido a la Sawa de la primera película.
Ojo! Spoilers!
Lamentablemente, el complemento nutricional que el ingeniero japones está probando resulta catastrófico. Los dos astronautas sujetos de la prueba inmediatamente comienzan a manifestar síntomas de enfermedad y uno de ellos se transforma en un monstruo invencible que destruye la estación espacial. En un espectacular escape de emergencia, la tripulación de la estación junto con el ingeniero regresan a la Tierra, destruyendo varios barrios de Tokyo. Una vez a salvo ellos se percatan de que el padre de Monaka se encuentra desaparecido (y posiblemente transformado en monstruo).
Ojo! Spoilers!
Debido al peligro que representa, la NASA contrata los servicios de Monaka, que lleva a cabo la labor más peligrosa de su vida. Pero, cuando es sobrepasada y está a punto de morir, el monstruo reconoce el brazalete, el regalo que le entregó al científico como muestra para su hija. En ese momento en que duda, ella lo hiere mortalmente en la cabeza y deja que el equipo de limpieza se encargue del cadáver. Pero mientras es trasladada, estos se vuelven en su contra (para no dejar testigos). Gracias a sus habilidades, Monaka despacha a sus asesinos y luego al científico que desarrolló el complemento porque inconscientemente le confiesa que el monstruo que ataco era su padre y él fue el causante de su estado actual.
Ojo! Spoilers!
Mientras huye por el paqueo subterráneo, ella se tropieza con el hermano del pedófilo que la confunde con una niña indefensa. A pesar de la dificultad que tiene para matarlo (porque ha perdido sus lentes de contacto) ella logra despachar al criminal y cuando se aleja del paqueo un camión de transporte estalla a su lado. El complemento no solamente transforma en monstruo a su víctima sino que le brinda un factor de regeneración inusual. De esta forma, padre e hija se reúnen y como cierre ella sonríe ante su vista (a pesar de que es un monstruo).
Fin! Spoilers!
Una de las principales diferencias entre ambas películas es que NO HAY SEXO. :-(. La mayoría de las situaciones tensas no pasan de la leve insinuación sexual y la molestia, lo que a diferencia de las otras obras del autor jamás se traduce en “encamar” a la protagonista o alguna pobre femina descuidada (especialmente menor de edad). Muchos podrían afirmar que el señor Umetsu no ocupaba poner esta referencia oscura en su obra, pero para referencias les debo recordar que él ha puesto sexo explícito en todas sus obras; comenzando por su aporte en Cool Devices (la número 7) hasta esta película. Aunque en sus otras obras él ha incluido una gran sensualidad, esta obra representa todo lo contrario a su tendencia.
¿Eso debilita la obra? No. ¿Eso cambia la obra? Si. Cuando uno busca una secuela, uno procura encontrar elementos similares entre una historia y otra. Por esta razón, con la segura intervención de su director ejecutivo; la obra perdió uno de los motores más importantes que poseía, la dominación sexual de la asesina por parte del agresor de su familia y su posterior deseo de venganza. Con una aproximación más futurista y de ciencia-ficción (aunque ambientada en tiempos modernos), Kite Liberator ofrece la misma dosis de sangre, pero con un personaje principal sin una motivación o un principio claro que lo defina en su función. Aunque la cumple (con una referencia indirecta de la Sawa original como personaje secundario), no es lo mismo. Y ese creo que es el mayor fallo de esta obra.