J. Scott Campbell. Apoteosis de la femeneidad.

Hace mucho tiempo, a mediados de los años 90, se produjo uno de los acontecimientos más importantes de la industria del comic. Las dos grandes, Marvel y DC, han tratado de tirar arena sobre este evento, una demandado y la otra comprando. Pero esto no ha quedado ajeno de la mente de los diferentes fans y aficionados durante la década de los noventa. Eso fue la fundación de Image, la separación de los ocho. En un movimiento sin precendentes en la historia, dibujantes establecidos en Marvel y DC le levantaron el dedo de en medio a sus jefes e hicieron vida aparte en una nueva editorial. Nombres como Jim Lee, Rob Liefield, Whilce Portacio, Marc Silvestry, Todd McFarlane, Jim Valentino dieron el paso más importante de sus carreras, se retiraron de la línea principal y le dieron la oportunidad a nuevos valores para plasmar sus historias. En busca de talento para su empresa, Jim Lee recorrió los caminos de convenciones y revistas alternativas de comics de esa década. Allí encontró J. Scott Campbell.  

Jeffrey Scott Campbell nace en Michigan el 12 de abril de 1973. En 1989 el ganó un concurso para el sexto número de la revista Nintendo, labor por la cual fue reconocida en el número 200. Durante el primer año de Wildstorm Productions, el trabajo en varias portadas así como completando cuadros de comics para Jim Lee en varias de sus series tradicionales, antes de que se le presentara su oportundiad.

Para 1993, el joven lanzó la serie que definiría toda su carrera, Gen 13. En lo que era un giro de las academias de mutantes, un elusivo y serio comandante de International Operations (John Lynch) rescata a un grupo de adolescentes de las garras de una de sus operadoras más prometedoras (Ivana Baiul). Todos estos muchachos (que descienden de sus antiguos compañeros de armas en Operaciones Especiales) poseen habilidades especiales. Por esta razón Caitlin Fairchild (superdensa, superfuerte, amazona), Roxane Spaulding (controla la gravedad), Sarah Rainmaker (nativa americana que controla la electricidad), Robert Lane (pyroquinecia) y Percival Edmund Chang “Grunge” (controla la estructura molecular de su cuerpo) forman un equipo bajo su tutela. Las aventuras de este equipo se extenderían a lo largo de la siguiente década, hasta su cancelación final por la DC a mediados del 2000 (de la cual la única que rescataron fue a Fairchild).

Gracias al éxito de la serie, el joven decidió probar suerte por su cuenta. Junto con otros artistas de moda en esa época (Joe Madureira y Humberto Ramos), funda su propia compañía, Cliffhanger Productions; en la cual lanza la que el consideraría su opera prima, Danger Girl. Una combinación de Bond con chicas bastante dotadas, en ella vemos a las detectives Abby Chase, Sydney Savage y compañía enfrentarse en el oscuro mundo del espionaje profesional. La serie captó la imaginación de los fans, pero tuvo un pequeño detalle que en retrospectiva resultaba demasiado obvio como la razón de su fallo como historieta en general. Él artista se retrasaba en sus entregas (y que retrasos). Con siete números para su primera entrega durante los siguientes dos años, la serie continúa de la mano de otros artistas hasta la fecha (con entregas bastante esporádicas y breves apariciones del artista).

En la actualidad J. Scott Campbell hace las cubiertas para varias revistas (especialmente Spider Man). A pesar de su habilidad para dibujar mujeres bien dotadas, de su dramatismo en las escenas de acción y la gran versatilidad en su trazo, los problemas con las entregas y los tiempos han hecho pedazos su reputación como artista de línea principal. Esto se pudo notar con Wildsiderz, una serie de héroes con tecnología holográfica, que proyectada para cinco números solo vio vida por dos. Este es un final muy lamentable para un autor que  apenas va a cumplir los cuarenta años. Muchas veces, en el negocio del cómic; una mala decisión puede traer abajo tu trabajo, acabar con tu carrera y postrarte en el olvido. Aunque sus fans no lo hemos olvidado, lamentablemente pasará tiempo antes de volver a ver otro comic de la mano de este autor; y disfrutar de su libidinosa y suelta mano.

Biografía.