Hentai: Rompiendo tabues.

Conociendo la fruta prohibida

Como muchos otros géneros artísticos, el animé ofrece opciones para gustos variados, por esta razón los amantes del animé tienen la posibilidad de inclinarse más por un género o subgénero en especial, aquel que cumpla más sus intereses o simplemente el que les entretenga más. De igual forma sucede con el hentai, muchos (me atrevería a decir muchísimos) gustamos del hentai no sólo por su contenido erótico/pornográfico sino por historias peculiares y de muchos estilos; con estilos quiero decir que, dentro del hentai se puede encontrar otros subgéneros como el gore o el madoka -por dar un par de ejemplos-.

Ésto hace del hentai un género que muchos consideramos dentro de nuestros favoritos, donde vemos más allá de la simple “pornografía”; además, con la constante invasión del ecchi -no digo que no me guste, pero a mi parecer, muchas tramas hoy en día se han reducido a exhibicionismo moderado y cuerpos voluptuosos- los amantes del animé en general están siendo bombardeados cada vez más con contenidos más eróticos y a la vez más explícitos, razón  por la cual no considero que el hentai -en pleno 2015- deba ser reducido a un género tabú y llevado al mundo de lo que no puede ser mencionado.

Aún en pleno XXI aceptar abiertamente algunas cosas conlleva el ser señalado y hasta rechazado, se ha abierto el tema de la homosexualidad, la igualdad de géneros y hasta la aparente apertura política entre Cuba y Estados Unidos; sin embargo, decir en público que alguien gusta de la pornografía genera rostros de asco y rechazo, reacción bien motivada tomando en cuenta que la porno ha sido polémica desde que se exhibía en cines infames y ferias poco decentes hace ya cuatro o cinco décadas, en fin, eso es trama de otra historia…

 

Un ejemplo de las discusiones en artículos abiertos

El mundo otaku en general ha llegado también a una apertura sobre los temas que se pueden tratar abiertamente, hoy en día se puede encontrar posts en redes sociales donde se tratan temas como si los hombres son más pervertidos que las mujeres o si “X” animé tiene buen contenido de “oppai” (tetas si queremos ser explícitos); lo que es impresionante si se toma en cuenta la edad de los integrantes de dichas conversaciones (jóvenes de hasta 12 años de edad).

Ahora, tomando en cuenta que las generaciones de otakus se están volviendo cada vez más abiertas, ¿qué problema habría con aceptar el hentai? ¿Se es realmente pervertido sólo por eso? ¿Qué opinan las generaciones anteriores de otakus? Son preguntas que quedarán a juicio de cada uno, la idea es que todos demos nuestros puntos de vista.

Trama vs erotismo

El hentai no siempre va a tratarse de pornografía (digo “no siempre” pues claro, hay excepciones), algunas series tienen tramas sumamente interesantes y hasta complejas, donde se incluyen temas como magia, o magia negra -como es el caso de Bible Black– , luchas entre ángeles y demonios -como Viper GTS-, colegios llenos de secretos oscuros y luchas por el poder -como Discipline– y hasta mansiones en medio de la nada dominadas por sectas sádico-asesinas  -como Kurohime Shikoku no Yakata-. Siendo que encontramos historias bien pensadas y muchas con animación de calidad inmejorable… ¿Se puede decir que el hentai es sólo porno?

De todo para todos

¿Cuántos habrán pasado por eso :V ?

Una de las más preciadas características del hentai es que ofrece temas para todos los gustos: gore, madoka, lolicon, etc. Y hasta temas “auctóctonos” como el futanari (mujeres con órganos sexuales masculinos), debido a esto, no sólo es posible gustar del hentai en general, sino gustar de un subgénero en específico, dando puntos a favor del infame género para adultos.

Conclusiones 

En mi humilde opinión, el hentai se puede tomar como un género más, dirigido a un público específico con gustos específicos; y claro, respetando en la medida de lo posible las restricciones de edad (no hay que olvidar que se ofrece material con contenido explícito). No se debe juzgar sólo porque contiene imágenes gráficas y situaciones sexuales claras, estoy seguro que más de un amante del animé tiene algo (en algunos casos mucho) de curiosidad o gustos “poco convencionales”, entonces, ¿para que satanizar?

Sin más que decir -por ahora- espero dejar en más de uno una espinita sobre el tema, además de lograr que al menos uno de nuestros queridos lectores reflexione sobre aceptar abiertamente que gusta del hentai.