[Reseña_anime] Jubei-chan 2. Cuando la comedia se pone seria

¿Que hace un hombre en la etapa de los “nunca” viendo animes de niñas mágicas? No puedo responder con propiedad a esa pregunta, pero el genero de las Magical Shoujo ha sido una constante en Japón por casi toda la eternidad (bueno en verdad 40 años). Con Fate/kaleid liner Prisma Illya y Sailor Moon Crystal como los estandartes de las actuales generaciones, las niñas mágicas estarán situadas en un umbral superlativo del corazón del manga y el anime. Es un género popular, que ha sido parodiado mil y una vez, que ha sido vilipendiado; pero que continúa intacto, ofreciendo una dosis de humor, magia y compromiso con el deber que nos acompañará por muchos años más (o por lo menos por lo que dure la moda que comenzó en los años 50). Por esa razón hablo de este, con gusto y con relativo alivio.

Jubei-chan nunca fue muy conocido ni muy popular durante su emisión, pero es lo que se podría decir “una cucaracha demasiado difícil de matar”. Tal como muchos otras cosas de las que ni siquiera hemos oído hablar, tuvo una base sólida de fans y ventas aceptables en varios medios. Esto, combinado con la irreverencia y posiblemente a que la temporada de invierno se encontraba libre para una serie corta, fue la razón por la cual decidieron hacer una segunda parte de esta serie de niñas mágicas. El Contraataque de los Yagyu Siberianos comienza su emisión el 7 de enero del 2004 por el canal TV Tokyo. Al igual que su predecesora, es obra de Akitaro Daichi (Fruits Baskets) y continúa con la premisa de su predecesora; con numerosas referencias, quiebres de la cuarta pared y completa irreverencia tanto hacia el género como hacia los principios básicos de las niñas mágicas. Pero lo que de verdad me sorprendió fue que en lugar de irse deformando, la serie dio un giro hacia el drama, donde investigó las dos caras de una misma moneda, la esencia que reside 
Inicio! Spoilers!

A pasado un año desde el triunfo de Jubei contra el clan Ryujouji. Jiyu Nanohana es una estudiante normal de tercer año de secundaria, que no se preocupa de que va a ser de su vida después de que termine el colegio. Toda esta tranquilidad en que vive termina con dos eventos fortuitos, la aparición de una estudiante de intercambio rusa que responde al nombre de Felicia (con la que entabla rápidamente amistad) y la aparición de un nuevo enemigo aparecido de la nada, Furo Kita, un samurai que proclama ser descendiente de los Yagyu Siberianos, el cual desea hacer pagar a Jubei por haber destruido a su familia hace más de 300 años (les suena conocido). Como todo el público espera, aparece una pequeña figura con una vestimenta similar a Koinosuke Ogadou, que aprovecha la oportunidad para enfundarle el parche perdido y se vuelve a convertir en la adorable espadachina de la temporada anterior. Aunque esta vez, aparece una preciosa contrincante rubia que desea derrotarla con todas sus fuerzas para heredar su poder (y el parche que dice que es su herencia).
Ojo! Spoilers!

Conforme los Yagyu Siberianos y la desconocida estorban su vida, el padre de Jiyu se debate entre continuar su labor como escritor fantasma de novelas samurais o hacer novelas románticas bajo su nombre a consejo de su hija. Debido a su nuevo contrato se le asigna una nueva editora, Mikage (que aprovecha la oportunidad para ponerle un ojo a Jiyu); y Felicia se muda a la casa para vivir como una familia. Lamentablemente, queda en evidencia para el espectador que Felicia y la espadachina rubia que afirma ser la descendiente de Yagyu Jubei son la misma persona. Resentida, enferma, enojada y frágil mentalmente; ella no entiende el porque Jiyu no desea enfrentarla en combate. Para obligarla a pelear, ella se deja capturar y obliga a su amiga a transformarse en la adorable Ninja en contra de su voluntad para salvarla.
Ojo! Spoilers!

Derrotado ya en varias ocasiones, Furo Kita se retira para entrenar la técnica de su padre. Felicia por su parte reflexiona sobre su realidad. Ella era hija de Yagyu Jubei, y se vio separada de su padre cuando enfrento a Retsusai Kita, el padre de Furo. Ella quedó congelada por 300 años y fue criada por animales en Hokkaido hasta que supo de la aparición de la segunda encarnación de su padre. Jiyu por su parte padece la incertidumbre si debe o no continuar usando el parche. Uno de los Yagyu Siberianos que derrotó le suplica junto con Mikage que continúe su lucha para salvarlos a todos de la maldición que los consume. Sin embargo, Jiyu no desea volver a combatir en su vida. Lamentablemente, Felicia aprovecha la duda para reclamar el parche de su padre, pero cuando lo consigue este adopta la forma del que ella usa (un as de espadas en lugar de un corazón).

Ojo! Spoilers!

Se desata una lucha de tres frentes entre Mikage, Kuro, Felicia y Jiyu (ambas como Jubei). Lamentablemente, la persona de Jiyu se impone ante Jubei y ella es derrotada en el combate, junto con los demás. Victoriosa, pero perdiendo de vista su objetivo, Felicia regresa a casa y le cuenta una mentira a su padre. Debido a que Jiyu se ofendió al descubrir que seguía escribiendo novelas de samurai, ella le dice que ha huido de casa para que este se enoje con ella, preparando el camino para que su rival sienta el mismo dolor que la embargo. La niña misteriosa que ha apoyado a Jiyu la salva y la cura de sus heridas. Ella no es otra más que Ayunasuke Ogado, la hija de Kionosuke; que ha esperado a su padre por más de trescientos años y que recibe el parche de su espíritu para que cumpla su labor. Ella rechaza de nuevo la misión y la niña desaparece en el bosque, momificándose igual que su padre. Luego de hacer las pases con Kuro, Jiyu regresa a casa, donde su padre la recibe con una bofetada. Esto rompe el tenue equilibrio que mantiene unida la mente de Jiyu y huye nuevamente de casa sin recuerdos de su padre o de los seres queridos.
Ojo! Spoilers!

Sai intenta recuperar a su hija, pero es interrumpido por Mikage. Dado que ahora Jiyu la ha tomado por su madre, ella aprovecha la oportunidad para ir al bosque y guiarla para que acepte su destino. Su padre llega y le pide a su hija que sea ella la que escoja su destino. Para sorpresa de todos, luego de pasar toda la temporada negando su responsabilidad, ella acepta plenamente su destino y se pone el parche voluntariamente, lo que la transforma en la gran Yagyu Jubei II. Yagyu Felicia, que espera este momento, la ataca en busca de consolidar su título como la única descendiente de su padre, pero lucha una batalla perdida en contra de su amiga. Jubei hace la técnica de atrapar la espada con la mano frente a Felicia, que desarmada debe intentar poner en orden su corazón. Para su sorpresa, ella admite que es amiga de Jiyu, admite su condición como hija de Jubei e imita la técnica. Las dos descendientes se hermanan en un abrazo y Felicia deja ir su cólera y su dolor ante su amiga.

Ojo! Spoilers!

Lamentablemente, no todo ha terminado. El espíritu sin descanso de Retsusai Kita, con la forma de un monstruo de hielo, interviene en el reencuentro de las dos espadachinas y se apodera de su hijo Kuro. Por el tiempo que ha peleado, Jiyu se encuentra al límite, pero aprovecha su calor corporal para derretirlo y derrotar a Kuro. Pero el espíritu aún no tiene descanso. Jiyu y Felicia logran coordinar los dones de Jubei y forman a la verdadera Yagyu Jubei II, que combina las habilidades de ambas. Esta derrota a Retsusai y los espíritus de ambos hombres hacen las pases. Retsusai ayuda a sus seguidores a descansar en paz, Jubei hace las pases con su hija Felicia y Kyonosuke se reúne con su hija en el más allá. Jiyu continúa su vida (con la sorpresiva escolta de Ayunasuke) y Felicia paga sus respetos a su padre en su tumba.
Fin! Spoilers!

Jubei-chan, el Contraataque de los Yagyu Siberianos inicia como una continuación de la serie anterior. Los personajes no pretenden ser nada más; irreverentes, estúpidos, torpes y realmente molestos (aunque a veces se pasan). Tanto los rufianes como el que era el personaje más poderoso de la temporada pasada (Shiro) se pasan de inútiles (uno de los chistes recurrentes es la burla que hacen los rufianes de la condición del héroe de la temporada anterior). Sin embargo, Felicia Yagyuu le añade una dimensión completamente diferente al anime. Ambiciosa, celosa, resentida, con un complejo de inferioridad muy grande pero un enorme poder oculto (se puede decir que es superior a Jubei); ella desea sobreponerse a todo y a todos los que se encuentra en su camino. A través de una delicada intriga ella logra poner a Jiyu en contra de todos los que ama para poder obtener de ella la herencia de su padre. Al final, ella comprende el verdadero propósito de su padre, lo que tranquiliza su corazón y le permite terminar el ciclo de odio que ella misma ha comenzado. La mayoría de las series que dan este giro pierden el rumbo, Jubei para sorpresa mía no lo hizo.

Cuando una serie puede transitar los caminos entre la sobriedad dramática y la comedia desenfrenada se debe más a la gran capacidad del creador o del adaptador. Akitaro Daichi puede danzar en esta cuerda floja sin perder el objetivo final de una serie de niñas mágicas (la derrota del enemigo principal a través de lo que profesa la niña mágica). A pesar de su irreverencia, su descontrol y todo el caos que ofrece, Jubei-chan termina dignamente con un mensaje muy importante para el espectador casual. Los padres tienen suficiente amor para todos sus hijos. Sobre todo, la amistad se puede sobreponer a cualquier adversidad. Esta es la base de toda serie de niñas mágicas, Jubei lo respeta y le pone el lazo para que quede claro para el espectador. Para una serie olvidada, de más de diez años y con poca difusión, es un buen recuerdo para quien gusta de las niñas mágicas o le gusta la comedia. Esta serie transita ambos mundos con indiferencia; y sale airoso a pesar de su poco presupuesto, su falta de cobertura o su incapacidad de sobrevivir la prueba del tiempo (casi nadie habla de él ahora).